Ciao bella! El principio del comienzo…
Son las 3.10 de la mañana y estamos tirados a la entrada de un portal de Zaragoza. Intento no quedarme dormida porque hasta las 5.30 no hay bus al “pseudoaeropuerto” que abre expresamente para nuestro vuelo a Milán.
La ciudad parece totalmente dormida, supongo que es normal a estas horas de un lunes.
Al menos el haber estado casi dos horas hablando por teléfono me ha despejado.
Antonio y Arantxa ya están medio dormidos. (…) Hace unos diez minutos que hay un hombre intentando venderle a mi hermano un “American dictionary”, supongo que necesita algo más que dinero. (…) Llegar por fin al aeropuerto ha supuesto un alivio. Aun puedo cerrar los ojos un rato antes de facturar las mochilas y ponernos rumbo a Bérgamo.
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