25.8.05

Die gläserne Kette I

Dentro de las tendencias expresionistas está el grupo de Die Gläserne Kette (Cadena de Cristal), formado por varios arquitectos que mantienen un gran intercambio de ideas por correspondencia tras la celebración de la Exposición de Arquitectos Desconocidos de 1919. Bajo este nombre, sugerido por el poeta Alfred Brust, se reúnen arquitectos que consideran que el vidrio es el material más idóneo para sus proyectos utópicos, un material precioso para la sociedad estética en la que sueñan los expresionistas, y que será básico para la construcción de los futuros rascacielos. El vidrio es para Taut el símbolo de la paz y de la cooperación entre los pueblos, y de esa convicción surgen sus escritos y proyectos, en los que se unen la arquitectura del vidrio y la del color.

Los miembros del grupo adoptaron pseudónimos para comunicarse: Bruno Taut, Glass (el cristal), recordando el tema de la arquitectura de cristal de Scheebart; Walter Gropius, Mass (la medida); Hermann Finsterlin, Prometeo, por su dedicación a la investigación, que no se concreta en realizaciones, y Max Taut, el hombre de la objetividad llevada al máximo, Anónimo. Desde 1920 el grupo se mueve alrededor de la revista Frühlicht, que es su portavoz.
En una de sus cartas a los demás miembros de Die gläserne Kette, Bruno Taut insistía en que los debates teóricos eran estimulantes cuando no existía un trabajo práctico, pero que él prefería construir. Un período intenso de contemplación y discusión podría ser útil como preparación para un futuro con mayores posibilidades constructivas. El grupo Die gläserne Kette se disolvió en 1920, sólo un año después de su formación, y la ideas que intercambian sus miembros se refieran tanto a cuestiones generales sobre el uso de ciertas formas, como a procesos constructivos concretos, como el de una casa móvil de cristal propuesto por Wenzel Hablik con todo lujo de detalles. Taut reconocía sentirse enfermo con la rutina diaria cuando no hay nada que construir, y no veía más medio para combatirla que prepararse, siendo un verdadero arquitecto imaginario, para la construcción que había de venir. Esta construcción no sería ya la de un arquitecto individual, sino la obra de un constructor anónimo...

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